Placer al paladar

Jordan Acosta

Soy Jordan Acosta, un joven de Fuencaliente (La Palma), la tercera generación al cargo de la Dulcería Mi Gusto, cuya receta emblemática es el Bollo de Centeno.

Me formé como Técnico Superior de Paisajismo y Medio Rural, y también estudié la Elaboración de Vinos y Otras Bebidas. Trabajé como formador de nuevos agricultores.

Siempre me había sentido muy ligado a la dulcería, desde que de pequeño ayudaba a mi abuela Yolanda, primero, y a mi madre, Mirian, después, en la elaboración del Bollo de Centeno.

Historia

Mi abuela junto con una amiga decidieron rescatar la receta tras muchos años desaparecida, y volvieron a elaborarlo como ellas sabían a finales de los años 70 del siglo pasado.

¿Cómo se las arreglaron? Pues preguntando a las pocas personas que quedarán de una generación o dos más atrás. Nadie de las Caletas, el barrio al este de Fuencaliente, recordaba exactamente el proceso, y ellas se pusieron a practicar con los ingredientes, hasta que, por fin, dieron con la receta del Bollo de Centeno que hoy conocemos y que luego llegó a mi madre y finalmente a mí.

El Bollo de Centeno está ligado de raíz a Fuencaliente, es un referente de la cultura del lugar donde vivo. Al principio mi abuela y su amiga hacían los Bollos de Centeno para sus familiares y amistades del barrio. Además, se ofrecía a quien quisiera acompañar el vino de la cosecha en la Fiesta de la Vendimia (enlace externo). Mucha gente de fuera del pueblo visitaba Fuencaliente en esta fiesta, lo probaron, y tanto gustó que cuando volvían, los buscaban.

Como consecuencia, se empezó a vender en uno de los rincones más conocidos por todos los visitantes del pueblo, el Bar Parada. En 2009, aproximadamente, Mirian, tomó el relevo de su madre y abrió la Dulcería Mi Gusto para poder preparar artesanalmente y vender el Bollo de Centeno por toda la isla. Ella se convirtió en la segunda generación con la receta, y en la primera con una empresa.